viernes, febrero 05, 2010

'Tiana y el sapo', un buen Disney

Mucha gente suele renegar de los dibujos animados. Los ven como una excusa para meter a los críos en el cine pero casi nunca como una oportunidad de pasar un rato entretenido. Pixar vino a cambiar esto (todavía no he aplaudido lo suficiente la merecidísima nominación al Oscar a la mejor película para Up, a pesar del claro menoscabo del prestigio del premio que supone que haya diez finalistas), pero Disney sigue teniendo para muchos la etiqueta de "familiar" cuando no directamente de "inferior". Allá aquellos que no entiendan todavía la animación como una forma igualmente válida de hacer una buena película y no como un género en esencia menor. La reflexión quizá no encaja demasiado con Tiana y el sapo, que no deja de ser un producto bastante correcto, un buen ejemplo de cine para todos los públicos y de la tradición Disney, pero que está lejos de las joyas de esta casa. No obstante, siempre es un buen momento para recordarlo.

Quizá el gran problema al que va a tener que hacer frente Tiana y el sapo es que se va a hablar más de ella por sus aspectos extracinematográficos que por lo que de verdad ofrece en su hora y media de duración. Es lo que pasa por ser el regreso a la animación tradicional de Disney desde que decidiera poner lo que entonces parecía un punto final en 2004 con Zafarrancho en el rancho. En un cine ya absolutamente dominado por la animación en 3D, ésta película adquiere un poco más de valor, porque devuelve la animación tradiicional a la pantalla grande, abandonando por un momento su reclusión televisiva de los últimos años. Y, además, su protagonista es la primera protagonista negra en un filme Disney. John Lasseter, jefazo en su día de Pixar y hoy también de Disney se ha apresurado a decir que nada tiene que ver con la llegada de Obama, pues el proyecto lleva cuatro años gestándose.

Y otro gran problema al que tendrá que hacer frente Tiana y el sapo es la permanente comparación que sufre la animación con productos anteriores. ¿Es mejor que las de Pixar? No, la verdad es que no. ¿Es mejor que las últimas de animación tradicional? Pues depende. Por fijarnos es las películas de sus directores, Ron Clements y John Musker, es mejor que El planeta del tesoro, es peor que La Sirenita o Aladdín, y probablemente tenga el nivel de Hercules. ¿Es de lo mejor de Disney? Pues viendo la anterior respuesta es fácil deducir que no, pero esto último es un arma de doble filo y un argumento tan válido para defensores como para detractores, porque una película no tan buena de Disney suele ser bastante mejor que otras muchas muestras de animación que hemos visto en los últimos años. Hablando claro, eso quiere decir que en Tiana y el sapo hay muchas cosas que merecen ser destacadas.

Obviamente, la fundamental es la música. El alma de jazz y de blues que desprende por los cuatro costados. Ahí la referencia más clara es Hercules, una película mitológica que apostó por el gospel, otro género musical poco tradicional en la animación. Quizá el problema es que, a pesar de que dos de ellas están nominadas al Oscar, ninguna de las canciones cobra una personalidad clara, diferenciada y memorable. Predomina el ambiente, no la pieza separada. Y eso, con la clara aspiración que se intuye de ser una especie de El libro de la selva, sabe a poco si se mira cada canción de forma individual. No hay en Tiana y el sapo un Quiero ser como tú. La película, por cierto, se desarrolla en Nueva Orleans, cuna de este estilo musical además de una excusa perfecta para que la protagonista sea negra, y eso enriquece muchísimo al conjunto. Y, claro está, lo coloca en la más pura tradición del musical de Disney.

Si la música ofrece esa referencia, también es importante recordar que no hay Disney que se precie sin un buen villano. Y los villanos de Disney, por mucho que se muevan en películas aptas para todos los públicos, suelen ser muy oscuros. Facilier, el de este título, eleva un poco más el listón gracias a que se trata de un mago vudú. Muy tétrico, muy tenebroso, muy oscuro. Y brillante, porque encaja a la perfección en el estilo de la película. Facilier (a pesar de que la voz de Javier Gurruchaga en la versión doblada lleva a veces a pensar demasiado en el actor y poco en el personaje) protagoniza los mejores momentos de la película y abre las puertas a territorios difícilmente transitables (como el desenlace de uno de los personajes; decir más destripa la historia) en una película de animación que llevará a muchos niños a la sala. Pero todo con una exquisitez envidiable. Disney sigue siendo Disney y marcando diferencias de calidad notables con respecto a los demás estudios.

Teniendo en cuenta que sus directores son los responsables de Aladdin, a nadie le sorprenderá que Tiana y el sapo encuentre una de sus mejores cualidades en el constante recurso del gag. Es un musical, sí, también una moderna adaptación de un cuento clásico, pero sobre todo es una comedia. Y tremendamente divertida, habría que añadir. Disney ofrece todo lo que se espera de esta marca, a nivel técnico y a nivel temático, y nunca defrauda. Ni siquiera cuando es sabedora de que, quizá, no está en estos momentos en disposición de darnos obras maestras como La Bella y la Bestia, El Rey León o El jorobado de Notre Dame. O quizá sí. No hay que olvidar que la última edad de oro del estudio comenzó con La Sirenita, pero comenzó a esbozarse con Los rescatadores en Cangurolandia. Que Disney viva por muchos años. Y que la animación tradicional no se muera nunca.

4 comentarios:

Jo Grass dijo...

Oye, ¿ por qué estrenan todas las pelis en Madrid antes que en BCn? Estoy deseando ver esta peli y seguramente lo haré dos veces, una para llevar a mi hija y otra para verla yo en VO. Estoy convencida que no me va a defraudar y, después de leer tu reseña menos todavía. Ya te contaré mis impresiones.
Sigo en Alicante pero las cosas estás mejorando.
Un superabrazo

Unknown dijo...

Habrá que verla... estos dos últimos findes me he decidido por "Invictus" y "Malditos bastardos"... y creo que he aprovechado el tiempo.

¡Besos!

Unknown dijo...

La he ido a ver ayer, me crieé cn Dsiney y soy un gran fan.

Me gustó el hecho de que siguiera la línea tradicional alejada de los nuevos efectos 3D y de animación de Pixar, ya que te recuerda a las peliculas de Dsiney de toda la vida.

Los dibujos podían vislumbrarse el estilo de dibujo de Disney (la cara del príncipe era la de Hércules, por ejemplo)

En cuanto al argumento, sin más, tampoco estaba demasiado desarrollado. JUgaba un poco con el clásico del sapo y la realeza, que nunca había sido reflejado cinematográficamente. Me llamó la atención la referencia religiosa, la luciérnaga que todas las noches ''rezaba'' al Evangelio (Evangeline) y que para él era su verdadero amor (referencia a los curas).

Sin más, es una película que todo fan de Disney tiene que ver, aunque tampoco es brillante ni puede equipararse a La Sinerita.

Un saludo!

Juan Rodríguez Millán dijo...

Jo, no la estrenaron antes en Madrid, es que pudo ir a un preestreno, je, je... Yo creo que no defrauda, ya me dirás. Para verla en versión original esperaré al DVD. Me alegro de la mejora, ya me contarás también (y principalmente) eso.

Noelia, de las dos ya hablé aquí. Invictus me encantó, los bastardos me decepcionaron... pero eso es algo que siempre me pasa con Tarantino, así que...

Raúl, bienvenido al blog, creo que es la primera vez que comentas, ¿no? Curiosa la lectura religiosa, no le había dedicado yo muchos pensamientos...