martes, abril 01, 2008

'Náufragos', o cómo rodar una espléndida película de suspense en un bote salvavidas

A Hitchcock le encantaban los retos. Lo que quería por encima de todo era sorprender a la audiencia y para ello nada era intocable. No lo era la estrella, que podía morir en un asesinato antes de la mitad de la película. No lo era la música, que podía no aparecer sin que nadie la echara en falta. No lo era el reparto, que podía estar repleto de nombres desconocidos. No lo era la estructura cinematográfica, que podía quebrar completamente la clásica estructura de tres actos o incluso en el montaje, rodando en larguísimos planos sin corte. Y no lo era tampoco el escenario. Hitch podía rodar en decenas de ellos para una sola película, desde los más famosos hasta los más intimistas, o en uno solo. Náufragos sólo tiene un escenario. Un bote salvavidas. Apenas una decena de personajes en todo el metraje. Y es una maravilla de película.

Náufragos no fue entendida en su estreno y muchos críticos de la época (se estrenó en 1944) la despedazaron... precisamente porque no captaron el mensaje. Hitchcock quiso hacer su contribución a la lucha contra el nazismo. Y la hizo mediante una metáfora del momento histórico, por lo visto demasiado sutil para algunos. Vista hoy sorprende que alguien pensara incluso que los nazis la podrían haber utilizado para sus propósitos, pero así se llegó a publicar en Estados Unidos. Paradójicamente, en Alemania no se pudo llegar a ver la película hasta el año 1974, ya en televisión. Para el doblaje germano, y como en algunas escenas se hablaba alemán, se pretendió que el náufrago nazi era en realidad en holandés que se había enrolado en el ejército de Hitler.

Lo realmente prodigioso de Náufragos no es sólo que mantenga la tensión en un escenario único tan pequeño como es un bote salvavidas que recoge a un pequeño grupo de supervivientes de un barco hundido por un submarino nazi. Lo increíble es la verosimiltud de todos y cada uno de sus planos. Aunque se rodó en el interior de un estudio, la barca siempre se está moviendo como si la estuviera meciendo el oleaje marino (eso y el agua provocó que todos los miembros del equipo sufrieran mareos, y más de uno incluso neumonías), por orden expersa del director. Y tan increíblemente verosímil como el movimiento es el cambio de ángulo para cada plano. Hithcock hace la barca tan grande como quiere y es capaz de ofrecer planos desde todos los ángulos.

Quizá sea una de las películas más desconocidas de Hitchcock (lo que permite el maravilloso gustazo de poder descubrirla todavía hoy, seis décadas después de su estreno), pero también es uno de sus títulos que más reconocimiento obtuvo de Hollywood. No ganó ningún Oscar, pero tuvo tres nominaciones (director, guión original -el escritor John Steinbeck es el autor del libreto- y fotografía en blanco y negro), lo que no está nada mal para un director frecuente y tristemente repudiado por la Academia. Talullah Bankhead, el nombre más conocido del reparto en aquella época (más como actriz de teatro que de cine), logró el premio a la mejor actriz concedido por el Círculo de Críticos de Nueva York.

Una anécdota memorable del rodaje Náufragos es una conversación que habla y mucho del carácter de su director. Una de las actrices de este filme (ninguna de ellas cumple precisamente el arquetipo rubio de la mujer soñada por el director, que se acercaba muchísimo a la imagen de Grace Kelly), Mary Anderson, le preguntó a Hitch cuál era su mejor lado para rodar sus planos desde ese ángulo. "Estás sentada en él, querida", le contestó el realizador. La historia no ha recogido la respuesta de Anderson ante este comentario, tan machista como ácido. Anderson nunca llegó a hacer una gran carrera en el mundo del cine, aunque antes había llegado a aparecer en Lo que el viento se llevó.

Sabido es que a Hitckcock le encantaba hacer un cameo en todas sus películas. ¿Y cómo puede hacerse esa breve aparición en una película que tiene por único escenario un bote salvavidas...? Fácil, al menos para el mago del suspense: apareciendo en un periódico que lee uno de sus naúfragos, en un anuncio de un producto para perder peso. ¡Y ambas fotos son reales y del famoso realizador, puesto que el propio Hitchcock se había puesto a dieta antes de rodar esta película! Sin duda alguna, uno de sus cameos más logrados y divertidos, que incluso propicio que el estudio que se encargó de la película, 20th Century Fox, recibiera cartas preguntando por estas píldoras para adelgazar que, claro está, no existían...

1 comentario:

R. dijo...

Y cuanto deberían de aprender las nuevas generaciones del maestro del suspense!! Porque ahora muchos medios, mucha pasta pero no logran atraparte ni la décima parte. (ejemplo: Despierto)

Lo dicho, un maestro, un cineasta de los de verdad de los que aportaron al cine más que recibieron